jueves, 18 de julio de 2024

TARJETA DEL PEREGRINO

 


cdp-SPA.jpg
cdp-SERVIZI-SPA.jpg

 

OBTÉN LA TARJETA DEL PEREGRINO

 

¿QUÉ ES LA TARJETA DEL PEREGRINO?

Es una tarjeta digital nominal y gratuita, necesaria para participar en los actos del Jubileo y para organizar la peregrinación a la Puerta Santa.

¿CÓMO SE OBTIENE?

La tarjeta se adquiere exclusivamente registrándose en el portal de inscripciones, al que se accede a través de la web register.iubilaeum2025.va/user o a través de la app oficial del Jubileo. Tras introducir sus datos, los peregrinos reciben un código QR de identificación personal y una cuenta en la app.

¿CÓMO ME INSCRIBO EN LOS EVENTOS?

Tras obtener necesariamente la Credencial del Peregrino, y acceder con tu cuenta desde la web o la app, podrás inscribirte en la peregrinación a la Puerta Santa de San Pedro y en todos los actos principales del Jubileo. Esta herramienta de inscripción permite organizar de forma ordenada el acceso, tanto a la Puerta Santa de San Pedro como a los principales actos para los que se espera una gran afluencia de peregrinos. El portal permite inscribirse a título individual o como grupo, comunicar cualquier discapacidad, modificar o anular las reservas y gestionar la hora, el día y el mes de la peregrinación.

¿QUÉ ES LA TARJETA DE SERVICIOS?

Además de la tarjeta del Peregrino básica, se puede adquirir una tarjeta del Peregrino con servicios por una tarifa plana. Con ella se obtiene una suscripción de pago a un paquete de servicios integrado que incluye descuentos en transporte, alojamiento y restauración. El precio reducido del billete también se aplicará a museos, actos culturales y movilidad urbana. Cada peregrino recibirá un nuevo código QR, que complementa la suscripción inicial a la Tarjeta del Peregrino básica y al paquete de servicios adicionales.

BASÍLICAS PAPALES

 Basílicas Papales

Las cuatro basílicas papales de Roma son San Pedro en el Vaticano, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros. Son las Basílicas o Iglesias "Mayores" con Puertas Santas, que el Papa abre durante el año jubilar.

 

LA PUERTA SANTA DE SAN PEDRO

 

La Puerta Santa de San Pedro

7H7B3071.jpg

La Puerta Santa de San Pedro se abre a manos del Papa sólo con ocasión del Jubileo. Suele ser la primera puerta que se abre y que identifica el inicio del Año Santo. El primer registro de este rito en la Basílica de San Pedro, se remonta al 1.500 por el Papa Alejandro VI. Actualmente, el muro que sella la puerta se desmonta en los días previos a su apertura. En este momento, se libera una caja que permanece tapiada desde el Año Santo precedente. En esta caja se encuentra la llave que permite abrir la puerta. El Papa empuja las puertas de forma simbólica. También por razones de seguridad se ha abandonado durante el rito, el uso del martillo con el que se golpeaba el diafragma de ladrillo que la cerraba.

La puerta permanece abierta en todo momento para el paso de los peregrinos. Con este gesto, no sólo se posibilita vivir plenamente la indulgencia ligada al Año Santo, sino también significar que el propio camino de conversión viene por el encuentro con Cristo, la "puerta" que nos une al Padre.

En 1949 se convocó un concurso para la realización de la Puerta para el Jubileo que habría de celebrarse al año siguiente. Este concurso lo ganó el escultor Vico Consorti, que llevó a cabo su realización en 11 meses, a tiempo para su inauguración en la Nochebuena de 1949.

La Puerta fue un regalo al Papa Pío XII de parte de Franz Von Streng, obispo de Lugano y Basilea, y de su comunidad, como agradecimiento al Señor por haber librado a Suiza de la guerra. El tema que el escultor siguió para la realización de los paneles que después conformarían la puerta fue dictado por las palabras del Papa: “Concede, oh, Señor, que este Año Santo sea el año del gran retorno y del gran perdón”.

El ciclo escultórico, de hecho, narra la historia de la humanidad en dieciséis paneles desde El Pecado y la Expulsión del Paraíso Terrenal, hasta las apariciones de Cristo resucitado a Tomás y a todos los Apóstoles reunidos, y la imagen de Cristo como puerta de salvación en el último panel.

JUBILEO 2025

 


¿Qué es el Jubileo?

103A6831-imp.jpg







"Jubileo" es el nombre de un año particular: parece que deriva del instrumento utilizado para indicar su comienzo; se trata del yobel, el cuerno de carnero, cuyo sonido anuncia el Día de la Expiación (Yom Kippur). Esta fiesta se celebra cada año, pero adquiere un significado particular cuando coincide con el inicio del año jubilar. A este respecto, encontramos una primera idea en la Biblia: debía ser convocado cada 50 años, porque era el año ‘extra’, debía vivirse cada siete semanas de años (cfr. Lv 25,8‑13). Aunque era difícil de realizar, se proponía como la ocasión para restablecer la correcta relación con Dios, con las personas y con la creación, y conllevaba el perdón de las deudas, la restitución de terrenos enajenados y el descanso de la tierra.

Citando al profeta Isaías, el evangelio según san Lucas describe de este mismo modo la misión de Jesús: «El Espíritu del Señor está sobre mí; porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos, a proclamar el año de gracia del Señor» (Lc 4,18‑19; cfr. Is 61,1‑2). Estas palabras de Jesús se convirtieron también en acciones de liberación y de conversión en sus encuentros y relaciones cotidianos.

Bonifacio VIII, en 1300, convocó el primer Jubileo, llamado también “Año Santo”, porque es un tiempo en el que se experimenta que la santidad de Dios nos transforma. Con el tiempo, la frecuencia ha ido cambiando: al principio era cada 100 años; en 1343 se redujo a 50 años por Clemente VI y en 1470 a 25 años por Pablo II. También hay momentos ‘extraordinarios’: por ejemplo, en 1933, Pío XI quiso conmemorar el aniversario de la Redención y en 2015 el Papa Francisco convocó el año de la Misericordia. También ha sido diferente el modo de celebrar este año: en el origen coincidía con la visita a las Basílicas romanas de san Pedro y san Pablo, por tanto, con la peregrinación, posteriormente se añadieron otros signos, como el de la Puerta Santa. Al participar del Año Santo se obtiene la indulgencia plenaria.

lunes, 20 de mayo de 2024

Gran Sinfonía de oración para el Jubileo de la Esperanza

A principios del mes de febrero, durante las «Jornadas de Lourdes» que reunieron a los directores de peregrinaciones, presidentes de hospitalidades, profesionales del turismo religioso y socios del Santuario, el P. Michel Daubanes, Rector del Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, presentó la propuesta del Santuario para el año 2024 en una reunión plenaria, siguiendo las indicaciones del Papa Francisco. En efecto, para preparar el Jubileo de la Esperanza que tendrá lugar en Roma en 2025, el Papa Francisco nos llama a una «gran sinfonía de oración», dedicando el año 2024 a la oración.



¿Qué sinfonía para 2024?

Durante el discurso de apertura de las «Jornadas de Lourdes 2024», el P. Daubanes, Rector del Santuario, afirmaba: «En esta temporada, queridos amigos, estamos llamados al éxito de una sinfonía. ¿Por qué una sinfonía? No es un término habitual, puesto que ustedes han venido para realizar una peregrinación. ¡Les aseguro que no propongo una revolución! ¿Qué es una sinfonía? La etimología de esta palabra proviene del griego: syn (junto) phonia (de sonidos). Literalmente: sonidos juntos. Emitir sonidos juntos, realizar una composición, en armonía: esa es nuestra misión»

.


Las procesiones, primer movimiento de la sinfonía

Se trata de poner en práctica el tema pastoral de este año: «que se venga en procesión». Hemos llegado al final de la petición que la Virgen María realizó a Bernardita el 2 de marzo de 1858, durante la 13ª aparición: «Vaya a decir a los sacerdotes (tema del 2022) que se construya aquí una capilla (desarrollado el año pasado) y que se venga en procesión (tema pastoral de este año 2024)»


Es una llamada a la participación activa en las diferentes procesiones que el Santuario ofrece dos veces al día: la procesión del Santo Sacramento, a las 17:00 h, y la procesión mariana de las antorchas, a las 21:00 h. Pero, también se trata de una propuesta de nuevas iniciativas, teniendo en cuenta que, al principio de las peregrinaciones a Lourdes, las procesiones comenzaban en la estación y terminaban en el Santuario.


El Rector del Santuario recuerda que uno de los elementos constitutivos de la procesión son los estandartes. «Forman parte de su historia, de nuestra historia. Se sienten orgullosos de ellos. Marcan su identidad, para que los suyos y todo el mundo la vea. Representan su país, su región y su cultura». Les invito a venir a Lourdes con ellos.



Las piscinas, otro movimiento



Durante el tiempo de peregrinación, siempre hay muchos desplazamientos: entrar en una de las basílicas, ir a la Gruta, realizar el viacrucis… «Vaya a beber y a lavarse en la fuente», en respuesta a la petición que la Virgen realizó el 25 de febrero de 1858, durante la 9ª aparición.
El P. Daubanes recordó la importancia de continuar con la propuesta del «Gesto del agua», la más fiel a la petición de la Virgen. Sin embargo, anunció que, ante la creciente demanda del baño, tal y como se hacía antes de la pandemia, un equipo de reflexión está trabajando para que, a partir de este año: «el gesto del agua y el baño también sean posibles, de acuerdo con la voluntad de cada persona».

La sinfonía de la oración



El Dicasterio para la Evangelización se dirigió a todos con una llamada a ser «Peregrinos de esperanza» en un mundo en el que, a menudo, esta escasea. Pero para percibirla, para saborearla, la llamada a redoblar nuestra oración es aún más urgente.
El padre Michel Daubanes presenta esta sinfonía de oración en ocho partes:
– Oración individual y comunitaria
– Oración de petición y agradecimiento
– Oración de intercesión y acción de gracias
– Oración de adoración y alabanza
– Palabras y cantos
– El silencio
– El rosario
– El Padre Nuestro
«¡Entremos, queridos amigos, en esta gran sinfonía de la oración, que presenta tantas armonías! ¿Qué podría ser mejor para nuestro santuario que tocar nuestra propia partitura en esta gran sinfonía universal? ¡Que no sea penosa ni sensiblera, sino alegre, hermosa y ferviente!».

La sinfonía será pastoral



El Santuario está decidido a progresar en la consideración de las diferentes discapacidades. Para llevarlo a cabo, un empleado ha asumido la responsabilidad de esta cuestión.
El programa de obras del Santuario va a continuar con una especial atención a la dimensión ecológica, ya sea en el Village des Jeunes o en la central hidroeléctrica.
El Rector recuerda que «Todo el que entra en el Santuario tiene un lugar en él, y todo el que acoge ocupa su lugar y garantiza el éxito del conjunto. Aquí, me gustaría reiterar que el primer lugar siempre debe concederse a las personas enfermas y con discapacidad. Deben estar al frente. En una liturgia, no nos ponemos de pie ante las personas enfermas que están sentadas o, incluso, tumbadas. Debemos permitir que participen de forma activa, ya sea en las lecturas, en una posible procesión de ofrendas…».

«Compasión y ternura»



En el congreso de rectores del Santuario celebrado en Roma, el Santo Padre pronunció en muchas ocasiones estas dos palabras: compasión y ternura.
El Rector del Santuario de Lourdes insta a ser «actores, beneficiarios y testigos de esta compasión y ternura» para «devolver la esperanza a todos aquellos que entran en el Santuario».

«Es probable que nuestra sinfonía de 2024 resulte inacabada, pero ¡eso no es un problema! Continuará en el año jubilar 2025, en el que el mensaje emitido por la Inmaculada Concepción en Massabielle tendrá, sin ningún tipo de duda, todo su vigor y novedad. Mientras tanto, espero que, durante este año, por intercesión de Nuestra Señora de Lourdes, a la que tanto amamos, nuestra ardiente oración se eleve en todas las lenguas de la tierra hasta el Padre y se una a la alabanza cantada en el cielo. ¡Qué nuestra sinfonía de oración, a través de nuestros cantos y nuestras voces, sea la más hermosa de todas!» (P. Daubanes, Rector del Santuario.

sábado, 24 de febrero de 2024

TEMA PASTORAL DEL SANTUARIO DE LOURDES 2024 (5. EL REGRESO DE LOURDES. UN CAMINO DE ESPERANZA)

                              

5.      El regreso de Lourdes

Un camino de esperanza

 

La peregrinación es un tiempo de gracia. Por eso, en Lourdes, la relación con Dios y con los demás es más fácil, más natural y evidente.

La vuelta a casa es un tiempo de culminación de lo vivido en Lourdes. A partir de ahí, es un viaje de esperanza. A menudo comienza con un relato, una conversación, un testimonio. Pero esto dura poco tiempo, a menudo muy poco. ¿Por qué? Porque perdemos el hilo de la gracia. O, más exactamente, nos imaginamos ingenuamente que la gracia de Lourdes se ha quedado en Lourdes y no en nuestros corazones.

Tal pensamiento es falso. La gracia nos ha sido dada, no sólo para que permanezca en nosotros, sino y sobre todo para que con nosotros y a través de nosotros dé fruto.

Por eso debemos cuidar cada día la gracia que hemos recibido en Lourdes, teniéndola muy presente en nuestro corazón y haciendo todo lo que esté en nuestras manos para favorecer su crecimiento, de modo que, cuando llegue el momento, dé frutos para la vida eterna.

Para ello, ¿qué debemos hacer? Vivir en casa, como vivimos en Lourdes. Retomemos, punto por punto, lo que se hizo en Lourdes y lo aplicamos a nuestra vida diaria, tal como es.

Hemos ido a la Gruta

En nuestra vida diaria, podemos mantener de un modo u otro una presencia material de la Gruta de Lourdes:

 

-  Como fondo de una de nuestras pantallas

-  Como postal en un lugar concreto de nuestra casa

-  Pero también como un llavero que mantiene unidas las llaves que utilizamos...

 

Cada uno de nosotros debe encontrar un momento, un lugar, una manera de encontrar a la Santísima Virgen para recordar constantemente que es en nuestro corazón donde tenemos una cita diaria con la Virgen Inmaculada.


Hemos bebido y nos hemos lavado con el agua de la Gruta

 

Por supuesto, podemos volver a casa con un bidoncito que contenga el agua que la Señora de la Gruta indicó a la pequeña Bernardita. Y podemos compartir esta agua con los demás, cuando realizamos una oración familiar, o llevarla a los enfermos que no pueden ir a Lourdes, y realizar este gesto con quienes lo hacen.

Podemos recordar que el agua de la Gruta fue para nosotros un signo de nuestra sed de beber la palabra de Dios, un signo de la purificación que queremos pedir a Jesús.

Todo esto nos pone en comunión con millones de personas de todo el mundo que nunca vendrán a Lourdes, pero que viven de la gracia que reciben de la Inmaculada y la expresan fervorosamente realizando el gesto del agua.

 

Hemos encendido velas

Este gesto también puede tener un lugar importante en nuestra vida diaria. Como Bernardita, cuando rezamos, podemos encender una vela. En momentos especiales podemos encender una velita delante de un icono, una estampa o un crucifijo.

Este gesto nos recuerda nuestro bautismo, nos recuerda la presencia en medio de nosotros de Jesús, que es la Luz del mundo (Jn 8,12), y nos señala nuestro destino final, cuando veremos a nuestro Salvador tal como es porque nos hemos hecho semejantes a él (1 Jn 3,2).

 

Hemos rezado el rosario con más personas

 

Es importante tener consigo ese objeto sencillo que llamamos rosario, porque verlo nos ayuda a escuchar la llamada a la oración que nos susurra como una madre la Virgen Inmaculada.

 

Tener un rosario consigo significa que podemos utilizarlo dondequiera que estemos. De hecho, Bernardita nos dice que:

A la Santísima Virgen le gusta mucho que se rece el rosario.

Después de una peregrinación a Lourdes, muchas personas participan (en directo o en diferido6) en la meditación diaria del rosario en la Gruta de Massabielle. Muchos entran también en una iglesia para rezar el rosario con otras personas. Otros más descubren o vuelven a descubrir el rezo del rosario en pareja, en familia o con amigos.

 

Hemos tenido en cuenta a los demás, sonriéndoles, escuchándoles y ayudándolos.

 

Cualquiera que sea nuestra condición, de un modo u otro encontramos en nuestra vida cotidiana lo que hemos visto en Lourdes, y desde lo más profundo de nuestro corazón comprendemos que a partir de ahora nuestro comportamiento se ha vuelto algo diferente.

Ante el sufrimiento, la enfermedad, la angustia y toda clase de aflicciones, comprendemos que si nos sentimos impotentes e incluso abrumados por el sufrimiento de los demás,

aún podemos hacer algo. ¿Qué podemos hacer? Podemos dirigirnos con confianza a nuestra Madre celestial, la Virgen Inmaculada, que nos ayudará a poner delicadamente bálsamo


donde hay sufrimiento, a hacernos presentes donde hay soledad, a telefonear para dar noticias y dar confianza y esperanza, para ofrecer una sonrisa

para invitar a volverse juntos con María hacia su Hijo.

 

Hemos participado en las procesiones

 

En Lourdes, no sólo se celebran procesiones todos los días, sino que también son el medio de locomoción del Pueblo de Dios. Cada día, los grupos se desplazan así, tranquilamente, meditando, estando cada uno donde debe estar y haciendo lo que debe hacer. Todos juntos, llegan al lugar al que se dirigen para un momento de oración, un momento de adoración o la celebración de la misa, tranquilos y, por tanto, preparados.

En los momentos de ocio, una familia se desplaza como puede, sin prestar atención. La misma familia que camina hacia la iglesia para la misa dominical puede vivir este paseo, por breve que sea, como un tiempo de procesión. Así vivió Bernardita su procesión a la Gruta: en oración y meditación, preparándose para el encuentro con la Señora.


Entramos en oración para encontrarnos sacramentalmente con Cristo

La lectura y la meditación de la Palabra de Dios, los tiempos de silencio y la escucha de la voz de Cristo forman parte de la peregrinación a Lourdes, porque son la esencia misma de la vida de un creyente, de todo bautizado, de todo discípulo de Cristo Jesús.

La Virgen Inmaculada es nuestra Madre. Debemos mirarla y escucharla para imitarla en la verdad y la belleza de su relación con su Hijo Jesucristo.

 

Esa relación, puesto que es vital en el sentido de que es nuestra vida la que está en juego, esa relación, entendemos, es a cada momento.

La peregrinación se nos ofrece para que encontremos a Cristo y lo acojamos allí donde está: en nuestra propia vida, tal como es.

Para algunos, realizar una peregrinación que tiene lugar en un santuario concreto forma parte de la vida cristiana habitual, mientras que para otros les permite formar parte de la vida de la comunidad cristiana. Tanto para unos como para otros, el santuario ofrece un momento especial, una oportunidad para empezar de nuevo, un verdadero comienzo7.

7 Lourdes, las palabras de María, del P. Régis-Marie de la Teyssonnière

 



TARJETA DEL PEREGRINO

    OBTÉN LA TARJETA DEL PEREGRINO   ¿QUÉ ES LA TARJETA DEL PEREGRINO? Es una tarjeta digital nominal y gratuita, necesaria para participar ...