domingo, 16 de marzo de 2025

Tema Pastoral Lourdes 2025

 

“CON MARÍA, PEREGRINOS DE LA ESPERANZA”

Tema Pastoral Lourdes 2025

Lourdes Francia

Cada año, el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes de Francia presenta un tema que sirve de marco pastoral y programático básico para los organizadores y monitores de peregrinaciones a los Santuarios de Lourdes. El año 2025 es especial. Se trata de un Año Jubilar, un «año de gracia» (Isaías 61, 2) en el que se perdonan la deuda y los castigos causados por los pecados. En otras palabras, el Jubileo es un gran acontecimiento popular durante el cual todos los peregrinos pueden sumergirse en la infinita misericordia de Dios. Como es sabido, el tema del año del Jubileo 2025 es PEREGRINOS DE ESPERANZA.

Jubileo 2025

DE EMAÚS A NOSOTROS MISMOS, PASANDO POR MASSABIELLE:

Punto de partida bíblico: Lucas 24, 13-35. Los Discípulos de Emaús.

Lourdes

1. UNA TRISTEZA QUE NOS HACE IRNOS Y ABANDONAR:

Los discípulos/peregrinos conversaban entre ellos sobre todo lo sucedido; hablaban, se preguntaban y estaban tristes, preocupados, desorientados, angustiados y desconcertados. Comentaban los tristes acontecimientos que acababan de vivir mientras se dirigían hacia un lugar: Emaús. Pero mientras tanto, dialogaban entre ellos… Su tristeza de espíritu les impedía reconocer a este «extraño» que se les acercó y caminó junto a ellos…

Bernardita también fue a la Gruta de Massabielle a buscar leña. Enferma, salió del calabozo, donde no solo reinaba el frío invernal, sino también la miseria y la perspectiva de un triste mañana. Entonces, se dirigió a la Gruta en busca de leña para recalentar su sopa (literalmente).

Sin duda, nuestros peregrinos salen de casa cargados con el peso de diferentes situaciones agotadoras: hasta el punto de que ni siquiera es bien recibido el pequeño rayo de esperanza que otros les dan, como les ocurrió a los discípulos. Puede que un «primer anuncio» haya fracasado… Este es el punto de partida, que es también el de los peregrinos a los que acompañamos.

Permitamos que nuestros peregrinos (como Jesús con los discípulos de Emaús) expresen cuáles son sus preocupaciones ante los acontecimientos de su vida y del mundo, y recemos por ellos. Con ellos y como el papa Francisco, peregrinemos e invoquemos a María, Madre de la Esperanza: «Por eso Tú permaneces con los Discípulos como Madre suya, como Madre de la esperanza. Santa María, Madre de Dios, Madre nuestra, enséñanos a creer, esperar y amar contigo».

Lourdes Francia

2. UN ENCUENTRO QUE ABRE LA PUERTA DE LA ESPERANZA:

«¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?»

Durante la peregrinación de los discípulos de Emaús, Jesús mismo vino, caminó CON ellos, se informó y enseñó. Interpretó las Escrituras y las actualizó para que estos las entiendan. Más que nunca, es el Emmanuel: Dios con nosotros.

En Lourdes, la Inmaculada se acercó a Bernardita y le enseñó a persignarse y a rezar el rosario, haciendo desaparecer así su angustia y su miedo.

La peregrina Bernardita nos reúne en Lourdes porque es como nosotros. A través de su mediación, se nos ofrece la proximidad del cielo en la persona de María y en la de su divino Hijo. Ellos se acercan a nosotros, nos informan, nos enseñan y nos tranquilizan.



Gruta de Francia

3. GESTOS Y SIGNOS DE LA PEREGRINACIÓN QUE DAN ESPERANZA:

Para que el tiempo «cronológico» de una peregrinación adquiera el valor del tiempo providencial o kairos, se nos ofrecen unos gestos sencillos y precisos.

«Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista».

La mesa de la Eucaristía es el destino inesperado de los discípulos de Emaús. Allí, contemplaron el signo poderoso del sacrificio supremo de Cristo y de nuestra salvación. Entonces, pudieron reconocer al Señor en la fracción del pan.

Bernardita también encontraría esta intimidad con Cristo durante el periodo de las apariciones. Experimentó este encuentro a través del sacramento de la reconciliación y la Eucaristía. Acogiendo y viviendo la Palabra de María, su corazón se abrió en la tierra a «la esperanza del otro mundo».

La Palabra de la Bella Señora es, de hecho, el eco del Evangelio. En respuesta, Bernardita realizó los gestos penitenciales: comió hierba, caminó de rodillas, se embarró el rostro con barro… Gestos no exentos de sacrificio por su parte. Es más, decía: «Si supieran cuánto me costó». Sin embargo, el aspecto más significativo fue su vida sacramental. Recurrió a la confesión después de la primera aparición, a la Eucaristía entre la 17a y la 18a Aparición, sin olvidar su compromiso con la Iglesia parroquial de Lourdes al hacerse «hija de María» el 8 de septiembre de 1858 y, por último, a su compromiso de vida consagrada con las Hermanas de la Caridad y de la Instrucción Cristiana de Nevers.

La peregrinación es, ante todo, un momento de oración personal y comunitaria en el que cada grupo y cada peregrino pide al Señor que se «quede con nosotros».

No se trata de inventar nuevos gestos, sino de vivir los sacramentos y los signos de Lourdes de forma renovada, bajo el signo de la Esperanza: La Eucaristía como anticipo del banquete de bodas, en la Eternidad.

Lourdes Chile

4. PEREGRINOS MISIONEROS DE LA ESPERANZA:

«Pero Él desapareció de su vista (…). Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: “Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón”. Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan».

La peregrinación de Emaús había terminado, por lo que debían volver «en aquel momento», sin perder tiempo. Como la Virgen María que va «con presteza», van a levantarse y regresar a Jerusalén, punto de partida, lugar de vida, donde les esperan los demás discípulos y toda la comunidad creyente que no viajó a Emaús, para contar, anunciar y testimoniar lo que han vivido durante su peregrinación. La presencia/ausencia del Resucitado les pone en marcha como misioneros.

Tras la marcha de la Bella Señora, Bernardita ya no tuvo miedo del agua fría (que incluso llegó a estar templada) y ayudó a su hermana Toinette y a su amiga Jeanne Abadie a cargar su leña. Fue ella quien, después de la Gruta, fue rápidamente hasta el sacerdote para anunciarle el nombre de la Bella Señora y lo que esperaba de los sacerdotes (que vinieran aquí en procesión y que se construyera una capilla); ella sabía que era la encargada de contarlo y de dar testimonio… Una vez ocurridas las Apariciones, dejó Lourdes para siempre y se convirtió en misionera consagrada, portadora de esperanza…

Existe un «después» de la peregrinación… hay que dejar Lourdes, volver a casa, a la familia, a la parroquia, al mundo… dar testimonio y convertirse en misionero de la esperanza… San Pedro nos lo dice: «en vista de ello, poned todo empeño en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la paciencia, a la paciencia la piedad, a la piedad el cariño fraterno, y al cariño fraterno el amor» (2 Pedro 1, 5-7). Esta es la esperanza que todo peregrino debe llevar en Lourdes durante este año santo.

Al igual que el agua extraída de la fuente de Massabielle es llevada a nuestras familias, el peregrino es portador de Esperanza y vida. Las peregrinaciones podrían encontrar símbolos (objetos, imágenes, oraciones, etc.) que acompañasen a los peregrinos en su misión como testigos y misioneros de la esperanza, según el único mandamiento: el amor a Dios y al prójimo (cf. Marcos 12,30-31). Como decía Bernardita: «El amor basta».

Lourdes

CONCLUSIÓN:

En resumen, vivir una peregrinación a Lourdes durante el año jubilar en sintonía con toda la Iglesia es ponerse en camino. A pesar de la tristeza de la vida, vamos a caminar con los demás y, sobre todo, con María y Bernardita, a través de los gestos sacramentales y devocionales.

Este proceso nos permitirá acoger la Esperanza, pero también convertirnos en sus testigos y misioneros. Entonces, seremos Peregrinos de la Esperanza con María, aquí en Lourdes, durante este Año Jubilar 2025.

jueves, 13 de marzo de 2025

9 de marzo de 2025, Jubileo del Mundo del Voluntariado, Santa Misa | Cardenal Michael Czerny S.I.


Desde la Plaza de San Pedro, Santa Misa presidida por S. Eminencia el Cardenal Michael Czerny S.I., Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, con ocasión del Jubileo del Mundo del Voluntariado.

Por dos días se han dado cita más de 25 mil voluntarios de los cinco continentes.



Día 8 de Marzo



jueves, 6 de marzo de 2025

PAPA FRANCISCO: Agradece en un AUDIO, con VOZ CANSADA y en ESPAÑOL, las ORACIONES para que MEJORE

 


Es la primera vez que escuchamos la voz del papa Francisco desde su ingreso en el hospital. La grabación la han difundido desde el Vaticano durante el rezo del Rosario. Con voz cansada y en español, su lengua materna, el papa Francisco ha agradecido las oraciones.

martes, 4 de marzo de 2025

PEREGRINACIÓN DE LOS VOLUNTARIOS DE LA HOSPITALIDAD DE LOURDES DE LA RIOJA A ROMA. JUBILEO 2025

 


Introducción 

Con la convocación del Jubileo por parte del Papa Francisco, se inicia en la vida de la Iglesia una año de gracia y de perdón. En la tradición cristiana, el Jubileo es un período de remisión de los pecados y de reconciliación con Dios, de renovación espiritual. Es un tiempo en el que somos invitados a peregrinar, confesarse, participar en celebraciones litúrgicas y realizar obras de misericordia. El lema del Jubileo de 2025 será "Peregrinos de la esperanza". Este tema llama la atención sobre la importancia de la peregrinación como metáfora del camino de la vida, camino de esperanza hacia la redención y la paz interior.

Significado del “logotipo” del jubileo 

En el “logotipo”, destaca el color verde del lema del Jubileo 2025, "Peregrinantes in Spem" (Peregrinos en la esperanza). Representa cuatro figuras estilizadas para indicar la humanidad procedente de los cuatro rincones de la tierra. 

Se abrazan para indicar la solidaridad y la hermandad que deben unir a los pueblos. El que va en cabeza está aferrado a la cruz: es signo no sólo de la fe que abraza, sino de la esperanza que nunca puede abandonarse porque la necesitamos siempre y sobre todo en los momentos de mayor necesidad. Las olas de abajo están agitadas para indicar que el peregrinaje de la vida no siempre transcurre en aguas tranquilas. A menudo los acontecimientos personales y mundiales imponen con mayor intensidad una llamada a la confianza. Por eso la parte inferior de la Cruz se extiende, transformándose en un ancla, que se impone al movimiento ondulatorio.

El ancla se ha utilizado a menudo como metáfora de la esperanza. Este símbolo jubilar ha sido elegido personalmente por el Papa Francisco, entre las tres propuestas ganadoras: «El ancla de la esperanza es el nombre que en el lenguaje de los marineros, se le da al ancla de reserva, utilizada por los barcos para realizar maniobras de emergencia para estabilizar el barco durante las tormentas." 

Además, la imagen del logotipo muestra cómo el camino del peregrino no es un hecho individual, sino comunitario, con la impronta de un dinamismo creciente que tiende cada vez más hacia la Cruz. La Cruz no es en absoluto estática, sino también dinámica, se inclina hacia la humanidad como para encontrarla y no dejarla sola, sino ofreciéndole la certeza de su presencia y el gozo de la esperanza: virtud teologal situada en el fundamento mismo de la vida cristiana. 

Por medio de él se nos llama a todos a ser constructores responsables de un mundo mejor, como escribió el Papa Francisco en su mensaje para el Jubileo, a mirar hacia el futuro con una mente abierta. 

ORACIÓN PARA LA PEREGRINACIÓN

 A LA PUERTA SANTA

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