En el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Después el celebrante saluda a los presentes, diciendo:
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre,
de quien, por el hijo nacido de la Virgen,
proceden todos los bienes,
estén con vosotros.
de quien, por el hijo nacido de la Virgen,
proceden todos los bienes,
estén con vosotros.
Y con tu espíritu.
A continuación el celebrante prepara a los presentes para celebrar el rito con estas palabras:
Dios se sirve de signos humildes para manifestar su gran misericordia para
con nosotros. También el hombre con
signos humildes manifiesta su agradecimiento, y expresa la voluntad de servir
a Dios en el hermano enfermo y el
compromiso de mantenerse fiel toda la vida a la Consagración Bautismal.
Opción:
1.
Esta
Medalla como
Auxiliar manifiesta una
voluntad especial de participar del espíritu de la Hospitalidad de Ntra. Sra.
de Lourdes, prestando sus servicios en las Peregrinaciones Diocesanas a Lourdes
con enfermos.
2.
Esta
Medalla como
Titular manifiesta una
voluntad especial de seguir participando del espíritu de la Hospitalidad de
Ntra. Sra. de Lourdes, prestando sus servicios en la Peregrinación Diocesana a
Lourdes con enfermos, y consagrándose a Cristo por manos de María, para ayudar
y asistir a los enfermos tanto en la Peregrinación Diocesana a Lourdes con
enfermos, como en su vivir cotidiano y trabajar en alivio de los que sufren.
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS
1. Apoc 11,19-12,1.5.14a.15-17: «Apareció una
figura portentosa en el cielo». En
aquellos días: Se abrió el Santuario de Dios en el cielo
2. Jn 2:1-11: «Así en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos». En
aquel tiempo: Había una boda en Caná de
Galilea
Después el celebrante dice una homilía, ilustrando el sentido de la
celebración.
PRECES
Ya que la Medalla se considera
justamente como un signo excelente de nuestra devoción a la Virgen María, invoquemos
al Señor, por intercesión de Ntra. Sra. de Lourdes, diciendo:
1.
Padre
misericordioso, que por los méritos de la redención de tu Hijo Unigénito,
preservaste a su Madre María, de toda mancha de pecado, guárdanos limpios del
pecado. R/.
2.
Tú
que elegiste felizmente a María, obediente a tu palabra, para asociarla a la
Redención, concede, a tu Iglesia que, por la intercesión de la bienaventurada
Virgen, reciba abundantemente los frutos de la Redención. R/.
3.
Tú
que de manera admirable concediste a la Virgen María la plenitud de gracia,
uniéndola estrechamente a Cristo tu Hijo, concédenos sentirla continuamente como
abogada de la gracia. R/.
4.
Tú
que quisiste darnos en la Virgen María un modelo perfecto del seguimiento de Cristo, haz que esforcemos con eficacia por
convertir en vida nuestra los misterios de la salvación. R/.
5.
Tú
que enseñaste a la Virgen María a guardar todos tus palabras en su corazón, haz
que , siguiendo su ejemplo, recibamos
con fe las palabras de tu Hijo y las llevemos a la práctica. R/.
6.
Tú
que enviaste el Espíritu Santo a tus Apóstoles, mientras oraban con María, la Madre de Jesús, concédenos que, perseverando
in la oración, no sólo vivamos según el Espíritu, sino que obremos también
según el Espíritu. R/
Padre nuestro…
BENDICIÓN DE LA MEDALLA
El celebrante añade entonces con las manos extendidas:
Dios misericordioso,
que mediante las diversas apariciones de María Inmaculada,
has realizado siempre en nuestro mundo
cosas maravillosas para la salvación de los hombres:
concede, benigno, tu + bendición a esta Medalla,
a fin de quienes la(s) honren con piedad y la(s) lleven con devoción,
experimenten su protección y consigan tu misericordia.
que mediante las diversas apariciones de María Inmaculada,
has realizado siempre en nuestro mundo
cosas maravillosas para la salvación de los hombres:
concede, benigno, tu + bendición a esta Medalla,
a fin de quienes la(s) honren con piedad y la(s) lleven con devoción,
experimenten su protección y consigan tu misericordia.
R/. Amen.
IMPOSICION DE LA MEDALLA
Recibe esta santa Medalla,
llévala fielmente y hónrala con digna veneración, para que Ntra. Sra. de Lourdes te proteja, te defienda, y renovando los milagros de su piedad, te alcance misericordiosamente lo que pides a Dios, a fin de que en vida y en muerte descanses felizmente en sus brazos maternales. Amén |
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