EL MENSAJE DE LOURDES

Llamamos "Mensaje de Lourdes" a los gestos y palabras que la Virgen María y  Bernadette intercambiaron en la Gruta de Massabielle durante el transcurso de las 18 Apariciones. Este mensaje se puede resumir en estas palabras: "Dios es Amor y nos ama tal y como somos".
Actualmente vienen a Lourdes más de 6 millones de personas al año. ¿Cómo es posible que acuda tanta gente a un mismo lugar?. ¿Qué hay en este sitio que todo el mundo quiere conocer?. ¿Por qué todo el que va por primera vez siente la necesidad de volver?.
La realidad es que hasta aquí se acercan gentes de toda raza y lengua, gentes de más de 170 países distintos. Todo el mundo cabe en Lourdes y es bienvenido.  Sin duda, hay algo misterioso que les une y les invita a venir. El hecho es que una vez aquí, todas las personas siguen el camino que lleva a la Gruta, tocan la roca y se paran a rezar. Interiorizan y dan gracias. ¿Y por qué todo el mundo tiene gestos y actitudes similares?.
La respuesta es que todos ellos acuden a la llamada del "Mensaje de Lourdes", al origen de todo: una persona, Bernardette Soubirous, y unos hechos, las apariciones de la Virgen.
 

LOS SIGNOS DE LOURDES

EL AGUA: beber y lavarse
El jueves 25 de febrero de 1858, la Virgen María le dijo a Bernadette: “Vaya a beber y a lavarse en la fuente”. Era un charco con agua sucia, pero pronto empezó a brotar agua limpia y clara. Desde entonces, ese manantial no ha dejado de dar agua.
El agua que mana de los manantiales del santuario es idéntica a cualquier otra agua potable de la región. Por supuesto, no es agua milagrosa ni mágica, ni tampoco debe confundirse con agua bendita. La popularidad del agua de Lourdes nace de los milagros que acaecieron en este lugar, siempre relacionados con el empleo del agua, bien fuese bebida, en aplicación directa o en baño.
Las personas que beben de este agua y se lavan lo deben hacer bajo el manto de la esperanza y la fe en la Virgen. El agua en Lourdes es un signo, como el agua del Bautismo. Purifica y libera.
 
LA ROCA: tocar
La Gruta de Massabielle es el lugar de las Apariciones, el sitio exacto donde se apareció la Inmaculada Concepción. Los peregrinos pasan por la Gruta y tocan la roca en uno de los actos más característicos de la peregrinación. Se trata de un gesto de confianza en la realidad inquebrantable de Dios.
La roca es un elemento duro, fuerte, un lugar donde podemos apoyarnos y encontrar soporte y sujeción. Tocar la pared de la Gruta representa el abrazo de Dios, sólido y firme como una roca.
 
LA LUZ: encender una vela e iluminar
La Luz, representada en las llamas de las velas, significa la fe y esperanza de iluminar y ser iluminados.
Bernadette se presentó en la Gruta con una vela encendida la mayoría de las veces. Desde entonces, no ha dejado de haber velas encendidas en la Gruta. Millones de personas han ido depositando sus velas como acción de gracias, ofrenda o petición.
Las velas representan las oraciones de los peregrinos.

La Procesión de las Antorchas, caminando con una vela encendida en la mano, expresa la luz que ilumina el camino y la vida. Es esperanza.
 
LAS GENTES: todas las naciones en un solo pueblo
Lourdes es un lugar cosmopolita abierto al mundo. Recibe gentes de toda raza, lengua y nación.
La diversidad humana que se puede observar en Lourdes existe desde los mismos orígenes del santuario. Hasta aquí acuden peregrinos, turistas, curiosos, niños, jóvenes, abuelos, padres, enfermos, discapacitados, personas de cualquier religión, etc.. La dimensión internacional de Lourdes no tiene límites.

Aquí la Iglesia se vive como una reunión de todos los hijos de Dios.
 
LOS ENFERMOS Y LAS HOSPITALIDADES: fraternidad y amor
El amor, el cuidado y la atención a los enfermos y discapacitados es una de las formas de vida de este santuario. La Inmaculada Concepción se apareció a Bernadette, una niña enferma. Por eso, cada enfermo que llega al santuario lo hace bajo la protección de la Virgen María.
Aquel que va a Lourdes por primera vez, puede quedar sorprendido por la gran cantidad de personas enfermas o discapacitadas que encuentra en el santuario. Oficialmente, son más de 100.000 las que llegan cada año.

Vienen para reconfortarse, renovar las fuerzas para superar el sufrimiento físico o moral y encontar un sentido a sus esfuerzos. Pero no están solos. A su lado, miles de hospitalarios que les acompañan, les cuidan y les proporcionan ayuda. Son gentes de buena voluntad.
Lourdes es el lugar donde sanos y enfermos acuden a sanar sus cuerpos y almas.