miércoles, 7 de febrero de 2024

Los milagros de Lourdes

 


Los primeros milagros de Lourdes tuvieron lugar tras las apariciones de la Virgen María a Bernardita en 1858.
Desde entonces, miles de declaraciones de curación han sido recogidas por una organización única en el mundo: la Oficina de las constataciones médicas.

UNA OFICINA DE CONSTATACIONES MÉDICAS ÚNICA EN EL MUNDO

Fundada en 1883, la «Oficina de Constataciones Médicas de Lourdes», al igual que las piscinas1, forma parte del patrimonio histórico del Santuario de Lourdes. Es un lugar único en el mundo, ya que ningún otro santuario, independientemente de su religión, cuenta con la presencia permanente de un médico encargado de registrar, verificar e investigar los casos de supuestas curaciones.
De los más de 7.000 casos de curación registrados en Lourdes desde las apariciones, 70 casos han sido reconocidos hasta ahora como milagrosos por la Iglesia 2. Más del 80% de las curaciones reconocidas como milagrosas han beneficiado a las mujeres. La persona más joven cuya curación fue reconocida como milagrosa tenía 2 años. Los países de origen de las personas cuya curación fue reconocida como milagrosa fueron Francia (56), Italia (8), Bélgica (3), Alemania (1), Austria (1) y Suiza (1). Seis personas afirman haber sido curadas por la intercesión de Nuestra Señora de Lourdes sin haber acudido a Lourdes. La mayoría de las personas se curaron por contacto con el agua de Lourdes (50), la mayoría de ellas en las piscinas del Santuario.

HISTORIA

A petición del P. Rémi Sempé, padre de Garaison y primer rector del Santuario, el Dr. Georges-Fernand Dunot de Saint-Maclou fundó la Oficina de las Constataciones Médicas para que nadie saliera de Lourdes afirmando estar «curado» sin haber sometido su historia de curación a una verificación médica rigurosa y colegiada. En 1886, a través del Arzobispo de Cagliari, Mons. Vincenzo Gregorio Berchialla, el papa León XIII dio su aprobación a los rigurosos procedimientos de la Oficina médica de Lourdes. Y en 1905, el obispo de Tarbes recibió la confirmación de la Santa Sede de su derecho a utilizar los procedimientos de la Oficina médica para estudiar las curaciones declaradas. Este derecho sigue en vigor hoy en día.

Declarar un milagro: 4 etapas fundamentales

El médico permanente de la Oficina de las Constataciones Médicas, misión ocupada desde 2009 por el Dr. Alessandro de Franciscis, recibe a las personas que desean declarar una curación. Si considera que el caso es serio y merece una investigación más profunda, convoca a sus compañeros médicos y al personal sanitario que estaba presente en Lourdes ese día y que indicaron su presencia en el registro de la Oficina de las constataciones médicas de Lourdes. Si los médicos deciden colectivamente continuar con la investigación, la curación se somete entonces a un largo proceso de investigación, que puede durar varios años, al final del cual los miembros del Comité Médico Internacional de Lourdes (CMIL) votan que la curación es «inexplicada en el estado actual de nuestros conocimientos».
A continuación, se informa del resultado del voto del CMIL al obispo del lugar de residencia de la persona curada. Le corresponde entonces a él, como representante de la jerarquía eclesiástica, decidir si lo declara como milagro3.

El trabajo y el voto de los médicos deben respetar una serie de 7 criterios:

  1. El primer criterio es que la enfermedad debe ser grave y tener un mal pronóstico.
  2. En segundo lugar, la enfermedad debe ser conocida y catalogada por la medicina.
  3. En tercer lugar, esta enfermedad debe ser orgánica, lesional, es decir, debe haber criterios objetivos, biológicos, radiológicos, todo lo que existe actualmente en la medicina; esto significa que aún hoy no se reconocerán curaciones de patologías sin criterios objetivos precisos, como las enfermedades psicológicas, psiquiátricas, funcionales, nerviosas, etc. (esto no significa que estas enfermedades no puedan ser curadas, pero en el criterio de la Iglesia, no serán reconocidas como milagros en el estado actual de las cosas).
  4. En cuarto lugar, no debe haber habido ningún tratamiento al que pueda atribuirse la curación.
  5. El quinto criterio se refiere al tiempo de la curación en sí: la curación debe ser súbita, brusca, instantánea, inmediata y sin convalecencia..
  6. Por último, tras la curación, hay dos criterios más: no debe tratarse de una simple regresión de los síntomas, sino de un retorno de todas las funciones vitales y no debe tratarse de una simple remisión, sino de una curación, es decir, duradera y definitiva.







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